El verano es la estación de las chanclas y los cucuruchos de helado chorreantes, de los largos y perezosos días en la playa y los calurosos partidos de béisbol. Es la estación en la que los horarios son más flexibles y las actividades y salidas espontáneas suelen ser la norma.
Sin embargo, para los padres de niños con TEA, el verano puede ser especialmente difícil. El cambio en el horario diario del niño, la falta de una rutina regular, así como los viajes a lugares desconocidos y pasar tiempo con familiares que pueden no entender el autismo, pueden ser desencadenantes para el niño.
La buena noticia es que, con una planificación adecuada, puede seguir disfrutando de los meses de verano con su hijo. Aquí tienes cinco consejos para que tú y tu hijo paséis un verano tranquilo, relajado y superdivertido.
- Crear un programa diario
Con la vuelta al cole, es posible que su hijo no sepa cómo ocupar su tiempo. Para un niño que no sabe entretenerse por sí mismo, los días vacíos pueden convertirse en una catástrofe.
Evite esta situación y haga feliz a su hijo -y a usted mismo- creando un horario diario para los días de verano. Puede hacerlo junto con su hijo o a solas, teniendo cuidado de llenar las franjas horarias desde que se levanta hasta que se acuesta. Permítale jugar libremente en pequeños intervalos a lo largo del día e incluya en el horario conductas diarias como lavarse los dientes o ducharse. Si su hijo va a recibir terapia en verano, asegúrese de incorporar también estas sesiones al horario.
Cuando el horario esté completo, cuélguelo en un lugar visible donde su hijo pueda consultarlo cuando lo necesite. Puede colgar más de un ejemplar en la casa, por ejemplo, uno en la nevera y otro en la pared de la habitación del niño. Si su hijo es demasiado pequeño para leer, utilice dibujos para mostrar las actividades del horario en lugar de palabras escritas.
Contar con una rutina diaria estable facilitará que su hijo se adapte al horario más flexible de los meses de verano.
- Evalúe las capacidades de su hijo a la hora de planificar actividades y viajes
Antes de hacer planes definitivos para el verano, haga una evaluación honesta de las capacidades y el umbral de tolerancia de su hijo. Probablemente no sea buena idea desafiar esa tolerancia durante las vacaciones anuales o en el fin de semana de reunión familiar. En su lugar, intente elegir actividades y viajes que su hijo pueda soportar fácilmente. Piense en aficiones e intereses que a su hijo le encantaría explorar durante los meses escolares. Busque formas de que su hijo pueda desarrollar esos intereses durante su mayor tiempo libre en verano. Por último, cuando planifique actividades y viajes, evite los que puedan provocar una sobrecarga sensorial y alterar a su hijo.
- Prepare cuidadosamente los viajes
Los viajes de un día y las escapadas más largas son habituales en el verano estadounidense. Como familia con un niño autista, usted sabe que las cosas serán un poco diferentes para usted y que un cambio en el entorno de su hijo puede ser desencadenante. Estos consejos pueden ayudar a mantener la calma durante los viajes:
- Prepare a su hijo con antelación. Hable con su hijo sobre el viaje y hágale saber lo que le espera antes de partir. Si es posible, enséñele fotos del destino para que su nuevo entorno no sea una completa sorpresa. Incluso puede crear un horario para el día del viaje, o para unas vacaciones de varios días, de modo que su hijo sepa qué esperar a lo largo del viaje.
- Llame con antelación a su destino para saber si pueden atender a sus necesidades sensoriales. Hazles saber que tienes un hijo autista y cuéntales sus dificultades específicas. Algunos locales aceptan bajar la música para un niño con sensibilidad auditiva. Algunas compañías aéreas permiten que un niño con TEA suba al avión antes del despegue para que pueda explorar su nuevo entorno.
- Aporta comodidad. Las pequeñas comodidades de casa, como una manta favorita, un osito de peluche o un juguete sensorial, pueden contribuir en gran medida a que tu hijo sea un viajero feliz.
- Disponga de un plan de emergencia. Asegúrese de planificar cualquier eventualidad durante su viaje. Lleve consigo cualquier medicamento calmante que pueda utilizar en alguna ocasión. Lleve una foto de su hijo por si se pierde. Piense en una salida alternativa en caso de que la primera opción resulte un desastre para su hijo.
Con una planificación adecuada, podrá disfrutar de una escapada divertida con toda su familia.
- Comuníquese con los miembros de la familia con antelación
Si sus planes de verano incluyen visitas de familiares a los que no ve con frecuencia, lo mejor es que les comunique con antelación las necesidades y comportamientos específicos de su hijo. Por ejemplo, puede decirles que su hijo está más cómodo sentado en su propia silla que apretujado con sus primos en un banco. También puede decirles que su hijo prefiere que no le abracen ni le besen y que, en su caso, usted llevará su propia comida. Cuanto más se comunique de antemano, menos margen dejará para los enfados y los malentendidos.
- No descuides la práctica de habilidades académicas, sociales y de comportamiento
El colegio ha terminado, pero eso no significa que sea el momento de descuidar las tareas escolares de tu hijo. Asegúrese de incluir tiempo en su horario diario para los deberes de verano o para practicar las tareas escolares de otra forma, como a través de una aplicación educativa o un juego en línea. Del mismo modo, es importante incorporar tiempo para los "deberes terapéuticos" que tu hijo pueda necesitar hacer en casa, como practicar las habilidades sociales y de comportamiento que ha aprendido en terapia.
El verano con un niño con espectro TEA puede ser un poco diferente al de las familias con niños neurotípicos, pero con algunos ajustes en las expectativas y mucha planificación previa, puede disfrutar de unas vacaciones de verano divertidas con toda la familia.